Resumen: | Asistimos a una innegable crisis ambiental, colapso ecológico, crisis civilizatoria de un modelo sustentado en el discurso occidental-moderno, según el cual se plantea el desarrollo como meta, una forma privilegiada de conocer que orientan la ciencia y la tecnología, propios del paradigma dualista que concibe al ser humano en el centro y como externo a la naturaleza. Se disocia así a esta última de la sociedad, considerándola como ilimitada y simple objeto a ser explotado en pos de un crecimiento económico constante, no exento de mecanismos de despojo y expoliación. La creciente concentración de riqueza, celeridad y envergadura de las transformaciones a escala planetaria que conlleva la exacerbada mercantilización de los elementos y funciones de la naturaleza en un mundo globalizado, alertan cada vez más la existencia de límites en la capacidad del planeta para asimilar las consecuencias, cuyos efectos recaen hoy, no sólo sobre distintas especies, sino fundamentalmente en la población más vulnerada. En este contexto, la presente exposición invita a reflexionar, a propósito de los recientes marcos normativos (Ley Yolanda 27.592/20 y Ley de Educción Ambiental Integral 27.621/21), la educación ambiental, tendiendo puentes hacia una construcción desde la Ecología Política Latinoamericana. Ampliando así las miradas disciplinares y reconociendo las epistemologías relacionales que sustentan el actual giro ontológico en los modos de ser y conocer, con y en la naturaleza. Desde esta perspectiva se trata de focalizar tanto en la apropiación diferencial de los elementos y funciones de la naturaleza, como en la distribución, también diferencial, del deterioro ambiental e injusticias socioterritoriales, aspectos centrales al analizar los conflictos ambientales, las respuestas (o seudo respuestas) hegemónicas para enfrentar la crisis y reconocer e imaginar otros modos posibles de habitar.
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