Resumen: | En "El sexo de las locas" (1984), Néstor Perlongher ya advertía sobre una incipiente homonormalización de la comunidad que al intentar ampliar el ámbito de la normalidad arrojaba a los bordes de lo humano a los nuevos excluidos: travestis, locas, chongos. En 1992, José Sbarra publica la novela Plástico Cruel en Ediciones La Rata, dándole voz a un personaje travesti. Bombon es "puta y poeta". Con ese epíteto se autodefine en todas sus intervenciones. De esta forma desarma una supuesta oposición que establece diferentes status, uno elevado para la poesía y uno degradado para la sexualidad y la materialidad. A su vez, en la novela de Sbarra podemos pensar también en un cuestionamiento a la naturalización del cuerpo a partir de la diferenciación natural/artificial. Pero al mismo tiempo nos permite pensar los cuerpos en el marco del Capitalismo como bienes de mercado. De esta forma el mercado establece cuerpos normales y abyectos. En ese sentido, la novela también deconstruye y cuestiona la idea del amor y la familia como disciplinamiento del régimen heterosexual. La promiscuidad, así, deviene en un agenciamiento del propio cuerpo y un desvelamiento de que el amor y la familia son fuertes dispositivos de disciplinamiento corporal. Con un estilo fragmentario y polifónico que pasa de lo lírico a lo narrativo, siempre en un tono irónico llevado por momentos al absurdo, la novela de Sbarra constituye para la época un fuerte cuestionamiento a los estándares de la familia tradicional así como a la normalización de lo gay.
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