Leibniz y el problema de la percepción

Detalles Bibliográficos
Publicado en: Encuentro de Filosofía e Historia de la Ciencia del Cono Sur (6 : 2008 : Montevideo) - [Actas] - . Campinas : AFHIC, 2010
Autor Principal: Vargas, Evelyn
Formato: Documento de evento
Acceso en línea:https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.16019/ev.16019.pdf
http://www.afhic.com/wp-content/uploads/2017/11/05-de-Andrade-Martins-y-otros-Filosofia-e-HistporcientoC3porcientoB3ria-da-CiporcientoC3porcientoAAncia-no-Cone-Sul-VI-Encontro.pdf
Resumen:En años recientes la polémica con John Mc Dowell ha revitalizado la discusión acerca del rol de la percepción en la justificación de nuestras creencias y su relevancia para una concepción naturalista del conocimiento que pueda extenderse a otros animales e infantes. Al parecer, o bien aceptamos que la percepción es común a humanos y otros animales no dotados de capacidad conceptual o bien la percepción puede justificar nuestros juicios perceptuales, en cuyo caso su atribución a otros seres vivos es meramente equívoca. Como veremos, estas cuestiones no son ajenas a los filósofos modernos. El concepto de percepción ocupa una posición singular en el pensamiento de Leibniz. Se trata sin duda de una noción clave de su monadología, pues las mónadas se distinguen entre sí por sus percepciones (Monadología 12-14), pero se ha prestado poca atención a la evolución del concepto y sus consecuencias epistemológicas. En primer lugar, debemos tener en cuenta que si generalmente entendemos que la percepción es el modo por el que accedemos a lo real individual, tanto sea a la existencia de la realidad extramental como a sus propiedades, ésta es una noción problemática para quien defiende la realidad de las mónadas y la armonía preestablecida. Por otra parte, encontramos al menos dos definiciones de percepción en los escritos leibnicianos previos al período monadológico. Según la primera, la percepción consiste en el pensamiento de sí y de otro a la vez (Leibniz, 1923, serie VI, vol. 4, p. 25). De acuerdo a la segunda, se entiende por percepción la expresión de múltiples objetos en lo que es uno (ibid., p. 1615). Mientras la primera, escrita probablemente en 1679, sólo puede aplicarse a las mentes, esto es, a seres dotados de reflexión, la segunda definición, cuya fecha de redacción más probable es 1688, permite que la capacidad perceptiva pueda ser atribuida a todo ser orgánico. En el presente trabajo se analizarán las dos nociones de percepción presentadas y algunas de las razones que llevaron a Leibniz a su elaboración. La primera definición implica que Leibniz reconoce que tenemos acceso a los objetos físicos como causas de nuestras percepciones, pero de acuerdo a la segunda caracterización sólo podemos tener en nosotros las expresiones o ideas de los objetos físicos cuya existencia misma se ha vuelto problemática. De ese modo, si bien reconoce finalmente la capacidad perceptiva de otros organismos, resulta difícil establecer cómo la percepción puede contribuir al conocimiento. Para ello será necesario determinar la relación entre representación perceptual y acción.