Resumen: | Una de las características más señaladas en la narrativa contemporánea es el gusto por las llamadas escrituras del yo, que incluyen tanto textos subjetivos, autoficcionales, pero también testimonios, crónicas, que se regodean en reescribir la historia en clave personal. Entre aquellos relatos que problematizan enfáticamente el antagonismo historia-ficción al reponer voces de las víctimas directas de los hechos narrados (la "era del testigo" de Wiewiorka), aparece como tópico recurrente la figura del "aparecido", el personaje que vuelve de la muerte o ausencia, desde el pasado para, en el presente, de-marcar la memoria histórica de un acontecimiento traumático. Se desestabiliza el presente porque se incorpora lo que faltaba, se rompe la lógica narrativa fraguada sobre su silenciamiento. Este tópico, cuyo paradigma moderno se construye en Hamlet, aparece sistemáticamente en textos de la narrativa posmoderna en general y de España en particular. Me referiré a ello, y al modo en que se lo construye como personaje-testimonio cuyo valor simbólico ha cambiado desde las primeras novelas de la posdictadura española hasta las contemporáneas, transitando de la nostalgia a la melancolía en términos de LaCapra.
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