Resumen: | El presente trabajo propone indagar, en la novela La noche oscura del Niño Avilés (1984) de Edgardo Rodríguez Juliá, las significaciones de los imaginarios sociales, culturales, identitarios y étnicos en torno a la conceptualización de la caribeñidad que, en términos de Antonio Benítez Rojo, puede definirse como "locus furtivo". Esto es, concebir las expresiones literarias y musicales caribeñas como modos de contrarrestar simbólicamente la indecible violencia de las sociedades esclavistas que históricamente marcaron la sociedad antillana (dado que en las ficciones del Caribe puede advertirse el proyecto de los escritores insulares de plasmar un deseo de no violencia frente a experiencias compartidas de dominación colonial). En este sentido, consideramos que en la novela del escritor puertorriqueño la caribeñidad furtiva se representa insoslayablemente ligada al aporte del legado cultural africano como objeto nodal de reflexión, especialmente por la fuerza que adquiere tanto en el ensayo de Benítez Rojo como en La noche oscura del Niño Avilés la figura emblemática del cimarrón.
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