Resumen: | Hablar de variedades en el español americano es referirse a las diferencias lingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma en relación a rasgos como léxico, pronunciación y gramática. En ese sentido, el estudio del español andino ha aportado importantes hallazgos acerca de la influencia del quechua en su configuración: el uso extendido de voces provenientes de dicha lengua, la incidencia de la motosidad en el nivel suprasegmental y los aspectos vinculados a la sintaxis pronominal y verbal (Appel y Muysken, 1996; Calvo Pérez, 2003; Caravedo, 1992; Cerrón Palomino, 1987; Escobar, 1981; Godenzzi, 1996). Sin embargo, en cuanto a los rasgos discursivos, el empleo de marcadores como recursos estratégicos (por hablantes en situación de contacto) ha sido un aspecto poco estudiado y reconocido en la bibliografía (Brody, 1995; Zavala, 2006). Por ello, este trabajo abordará -de manera inicial- el estudio de una partícula que estimamos operaría como marcador discursivo en el español andino. Nos referimos al elemento pues. Específicamente, nos detendremos en la variación intraha- blante del uso canónico de pues como conjunción consecutiva o causal, en contraste con el uso contextual-comunicativo de pues a final de cláusula, con características no normativas. La temática en cuestión se planteará a través de su ocurrencia en ocho entrevistas realizadas en 2009 a peruanos que viven en Buenos Aires desde hace más de seis años. Intentaremos exponer que la partícula pues en el español andino ha extendido los límites de la variedad estándar, no sólo en cuanto a su posición a final de enunciado, sino también en cuanto a su empleo en el discurso oral como dispositivo de cohesión entre significados subyacentes.
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