Resumen: | A la luz de las sombras entrelazadas de tres dilemas de las analíticas del poder contemporáneas es posible trazar las coordenadas claves de un nuevo marco epistémico para el s. XXI. El punto de partida ontológico: la coincidentia oppositorum (coincidencia de los opuestos). Los maestros de la convergencia: Simondon, Jung y Morin. Dicha integración epistemológica nos permite: 1) superar el "callejón sin salida" de las analíticas del poder foucaultianas/postfoucaultianas (al no poder anclar ya la resistencia en el deseo); 2) resolver el dilema en torno a la necesidad de una "caja de herramientas" específica de lo psíquico (psicopoder); y 3) responder la pregunta en torno al alcance de la integración de Simondon y en qué medida ello implica abandonar un conjunto de premisas (fundamentalmente fisiologisistas, psicoanalíticas y estructuralistas) del propio Foucault. Los marcos ontológicos y epistemológicos simondoniano y junguiano detentan amplia afinidad: su convergencia es notoria. El primero comparte mucha más afinidad con el segundo que con el psicoanálisis. La introducción de la psicología analítica junguiana nos permite el incluir las dimensiones arquetipico/animicas individuales y colectivas de las resistencias: al reconocer ontológicamente cierto principio de autonomía creativa en la psique inconsciente. Virtud de la resonancia interna psíquica (Simondon, 2014(1958)) en la cual no solo están incluidos elementos provenientes de la exterioridad o la interioridad limitada a lo fisiológico, sino vectores de fuerza arquetípico/anímicos (Jung, 2004(1931)) cuya dirección es de adentro hacia afuera. El presente artículo pretende exponer las bases de lo que implicaría un nueva epistemología para el s. XXI. Intentando aportar guías claras frente a la actual crisis: 1) sistémica (del capitalismo global ante su imposibilidad de generar nuevos saltos de escalas, el límite ecosistémico y el problema que representan los muchos -sobre todo de los pueblos del Sur global- que los sectores del capital concentrado consideran "población excedente"); 2) civilizatoria (de la cosmovisión y la propuesta predominante de humanidad pregonada por Occidente); y 3) de los fundamentalismos ontológicos ya caducos e insostenibles de occidente (monismos materialista e idealista y dualismos). Pero sobre todo, ante una integración epistemológica general y ascendente de los distintos registros del saber. Una integración de mayor alcance epistemológico es inminente, fundamentalmente porque -no solo ya se viene desarrollando en diferentes registros convergentes de las ciencias- sino que su despliegue y eclecticismo no deja de crecer en los pliegues de nuestras sociedades. Aunque todavía no se haya terminado de expresar institucionalmente, creemos que será una episteme clave del mundo que viene.
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