La función del hombre como cuidado de sí

Detalles Bibliográficos
Publicado en: Jornadas de Investigación en Filosofía (11 : 2017 : Ensenada) - [Actas] - . La Plata : Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Filosofía
Autor Principal: Avena, María Emilia
Formato: Documento de evento
Acceso en línea:https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.13726/ev.13726.pdf
http://jornadasfilo.fahce.unlp.edu.ar/xi-jornadas-2017/actas
Resumen:Toda búsqueda tiene un punto de partida, un disparador, una inquietud primera que nos mueve a hallar respuestas o a construirlas. La máxima más célebre de la historia, aquella tallada en el pronaos del templo de Apolo en Delfos, nos permite adentrarnos en la búsqueda de gran parte de la filosofía griega de la antigüedad: "Conócete a ti mismo". El imperativo no exige respuesta alguna, sino una acción fundamental. El castigo está implícito: sin autoconocimiento todo conocimiento es vano. Es por ello que el autoconocimiento constituye para esta filosofía una tarea primordial. Este conocimiento inaugura la dimensión del cuidado de sí: qué nos preserva en el ser, qué nos perfecciona. Conocimiento de sí y cuidado de sí son, para la filosofía griega, dos pilares de la comprensión humana, tanto desde la perspectiva de la especie como del individuo. En esta línea, la filosofía de Aristóteles se permite repensar el sentido de estas categorías y resignificarlas en su multidimensionalidad: física, metafísica, ética y política. Si bien en la obra del estagirita no contamos con un tratamiento sistemático y pormenorizado del problema, podemos hallar una vasta serie de elementos que nos permiten reconstruir su visión del problema. En cuanto a los tratados de filosofía práctica, el problema del sí mismo fue tradicionalmente abordado a partir de algunos pasajes de los libros VIII y IX de la Etica Nicomaquea, en relación con el tratamiento de la amistad. Sin embargo, una mirada puesta en la génesis de su concepción ética del hombre nos permite advertir que, ya en los primeros libros del tratado, el estagirita pone en juego una concepción bien definida del sí mismo. Y esto se debe a que, en tanto heredero de la tradición socrático-platónica, el problema del sí mismo encierra para Aristóteles un contenido ético fundamental. Dicho de modo resumido, no se trata meramente de averiguar quiénes somos, sino cómo y para qué existimos. Desde este abordaje, la respuesta aristotélica a la pregunta por el conocimiento de sí va a versar sobre un sí mismo esencial, y la pregunta por el cuidado (epiméleia) de sí será una respuesta ética.